Dedicado a mi pequeño gran gigante, que día a día nos llena nuestra vida de amor y alegría. Y a su hermana; las dos razones para que esta vida merezca la pena vivirla.

jueves, 23 de febrero de 2012

No hay mal que por bien no venga...

   Hace un par de semanitas, Alan estuvo internado (aprovecho para agradecer la atención del hospital Posadas y del IADT), por polidipsia (aumento anormal de sed que lleva al paciente a tomar increible cantidad de líquidos hasta un grado peligroso); él siempre fue de tomar mucho líquido, pero de golpe comenzó a aumentar, hasta que un día me pareció demasiado y decidí medir exactamente cuanto era ese "demasiado". Sabemos que muchas veces vamos al medico y le decimos "doctor, mi nene toma mucho líquido" y el médico pregunta "cuanto?" lo cual es lógico, para algunos 2 litros pueden ser mucho, para otros quizás 5... Decidí medir cuanto ere ese "mucho", para sacarme de la incertidumbre, ese día Alan se levantó como siempre a las 8 de la mañana, para las 17 hs llevaba consumidos 5 litros, sin contar desayuno y merienda!!! Luego, cayó dormido hasta la mañana del día siguiente. Ese día llamé a varios médicos, pediatra (el pobre estaba de vacaciones y aún así, no solo me aconsejaba y escuchaba sino q me pedía que lo mantuviera al tanto), nutricionista, psicóloga y médicos amigos. Todos cohincidieron en que al día siguiente lo llevara al Posadas o al Garrahan.

   Por comodidad fui al Posadas. Nos atendieron  increiblemente y le hicieron varios estudios, además de realizar cálculos para saber cuanto hubiera ingerido si no se dormía!!! (calcularon 8 litros!!! cuando para su talla y peso debería de consumir 1,8 litros máximo) Todos los estudios dieron bien y se lo trasladó al IADT para internarlo para poder hacerle una resonancia magnética.

   La resonancia dió bien. Con lo cual se descartó cualquier problema físico y se terminó llegando a la conclusión de que su problema estaba asociado a un trastorno obsesivo compulsivo por el jugo... Santo remedio, se le suspendió cualquier bebida dulce, salvo la leche, ahora solo toma agua, y automáticamente las cantidades que tomaba se redujeron.

   Gracias a este episodio, no sólo le hicimos la resonancia, la cual el neurologo venía posponiendo para no tener que someterlo a anestesia total, sino que al reducir el jugo comenzó a comer mejor, y desaparecieron sus gastroenterocolitis!!!

   Obviamente aún lucho contra alguna que otra crisis de capricho por que quiere jugo y solo le permito tomar agua... Sigue pidiendo líquido a cada rato, pero ahora en lugar de tomarse el vaso entero, solo toma unos traguitos (aun insiste en que el vaso tiene que estar lleno, pero sólo toma lo que quiere sin necesidad de tener que vaciarlo al instante); pero creo que sin querer encontramos la causa de algo que no lograbamos hallar.

   Dios tiene métodos extraños, pero siempre está allí para darnos una mano.